La digitalización ha situado al tratamiento de datos personales en el centro de la economía. La magnitud de la recogida y del intercambio de los datos personales ha aumentado de una manera abismal hasta ahora. Se ha generado la posibilidad de intromisión en la vida personal. La regulación del uso de los datos personales es esencial. No hay que olvidarse de respetar para la dignidad, la intimidad, la seguridad y el bienestar de las personas.
En este contexto de digitalización surgen cientos de emprendedores. Estos deben tomar constancia de que toda empresa y autónomo en un modo u otro recoge algún dato personal. Estos datos están sometidos a tratamiento y deben ajustarse a la ley.
El desconocimiento de la ley no exime de su cumplimiento.
Adaptar una empresa, por pequeña que sea, a un nuevo reglamento es un trabajo tedioso. Sobretodo ahora que con el nuevo reglamento se han aumentado las sanciones.